Al leer a Francisco las palabras te taladran la piel hasta llegar a ese rinconcito reservado para
nosotros mismos; un poeta intimista que consigue llevarte a reflexionar sobre la existencia y
los reveses de la vida a través de una trabajada versificación.
Según lo ha expresado en varias ocasiones, para Francisco la poesía es parte inherente de su
vida, de la cual no puede desprenderse y que surgió a partir desde que tuvo consciencia de
que moriría. A través de ella se cuestiona, conversa, se comunica y busca la forma de conectar
con el entorno y las personas.
Sus primeros pasos como escritor los dio cuando contaba 20 años; surgió de una forma natural
y se apoderó de sus sentidos, al punto de ya no poder desprenderse de este oficio. Es algo
lógico que al pedirle que se defina cómo es su poesía expresa que prefiere que lo hagan sus
lectores, dice:
<<Son mis lectores quienes deben darle su lugar, intento escribir lo que surge de mi de la
forma más poética posible sin cortapisas ni prejuicios>>
La humildad y la fluidez de sus palabras denota a un hombre ligado de forma indivisible con las
palabras y sobre todo con la lírica, y si a esto se le suma que nació en una tierra donde el canto
y la poesía son tan significativos, se tiene la ecuación perfecta.