Shangai & Kabul & Francisco

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Shangai & Kabul & Francisco

Transito espacios

colapsados y convulsos,

vértigo de hordas fragmentarias

enclavadas en ciudades iconos.

Francisco  Muñoz Soler

El entusiasmo para los antiguos griegos no sólo significaba  estar poseído por los dioses, sino también sentirse de alguna manera, devorado por ellos. La poesía, o la condición de manifestarse como poeta emana ese desgarrón, depara esa orgía de sensaciones donde el equilibrio puede perderse. “La incierta superficie”, título con que recojo la poética de Francisco  Muñoz  Soler, Málaga (1957), proyecta más allá del hecho de expresar el inmanente sentido de Ser, y pronunciarse como un genuino entusiasta, intenta ahondar en los hechos más relevantes no sólo de su propia vida, sino del latente fluir de ese, nuestro tempo contemporáneo, vestigios y memorias, ondas y/o extrapolaciones del mundo que hoy nos asiste. Claro que la misión es compleja, adentrase en ese tópico puede resultar frustrante porque la vida es como es, y nunca como deseamos que sea. Francisco lo sabe, sólo inquiere, vivaquea, viaja, huye de las prerrogativas, tolera, muestra los desatinos, persiste con sus interrogantes como todo ser inconforme.

/un constante ir y venir hacia ninguna parte

intentando asirme a un algo o un por qué/

Mostrarse entusiasta por la poesía, la amistad, la palabra, la solidaridad entre los hombres, ha sido, y es su destino. Puede parecernos ridículo, quizás extraño, quizá pertinaz ese soliloquio, dinámica del grito que acompaña su poesía. Puede parecernos anticuado, desajustado, o simplemente artificioso en su propuesta, pero hay en él un consabido pensar, un ejercicio de la palabra, y de los modos transparentes del decir.

/Jubiloso entusiasmo libera mi pecho

a sones de gritos de esperanzas

diamantinos destellos de luz de gracia/

Hay una suerte de expresión muy suya donde su voz se singulariza cuando se afana en los modos simples de la poesía. He de esclarecer que Francisco es un neo coloquial, y de paso un neoconversacionalista. Alguien que se aferra a un estilo donde se entrega, juega, sufre, se aniquila y participa con entera franqueza. Me atrevo a decir que se acomoda, y no le importa mostrarse, ni vanguardista, ni mucho menos revolucionario en las formas, en las estructuras, ni en el tono. Digo que se ajusta a esas normas sencillas para evocar sus heridas, para encantarnos, darnos los sobresaltos, los subterfugios de ese constante ir, llegar, volver y partir, porque Francisco es un divertido viajero que se desgasta en las observaciones, anota, y escribe todo lo que sus ojos, sin miedo, reciben. Sabe que es un común mortal, un errante poeta que revela la condición humana.

/observé lo cercanos  que somos los humanos

y lo absurdo de querer hacernos sentir diferente/

Si para Martí, Cuba y la noche eran sus únicas patrias posibles. Esta Antología, especie de resumen, aún inconcluso muestra que, dos patrias tiene Francisco: Málaga y la Habana, amén de exponer otros pueblos, sitios, y ciudades. Francisco se obsesiona con estas dos regiones, sobre ellas fragmenta su corazón. En ambas se precipita, se accidenta y vierte todas sus hendiduras. En ambas ha amado, y ha sobrevivido a las extrañas heridas del amor y los recovecos del sentimiento. Ha experimentado el dolor, y el goce de haberse sentido amado en sus continuos viajes a esta isla que ha hecho suya, no sólo a través de las emociones, y observaciones del turista que se pasea, que se exhibe como tal, que se involucra, participa y se sensibiliza con el acontecer de este país, si no a través del repaso ontológico a la poesía cubana, escrita dentro y fuera de la isla.

Registra nuestra herencia literaria, la apoteosis de nuestra tradición poética para darnos esa, su versión de la realidad, su interpretación del escenario cubano. Preagoniza como exégesis  del contexto actual a través de esos poetas que asume en su discurso para obsequiarnos esa, como Lezama Lima acuñaba…  “Nuestra isla comienza su historia dentro de la poesía”, posibilidad de descubrir, de encontrar y de hallarse dentro de nuestra expresión literaria como agente fluctuante, como un protagonista más dentro de la misma escena- poética -cubana.  Pero esa es su historia, su versión, y visión de los fenómenos, su experiencia, y no me corresponde cuestionarlo. La poesía no se escribe para que otros la cuestionen, sino para provocarnos. Esa es su traducción de las circunstancias, estemos de acuerdo o no.

Componen esta Antología Prehistoria Poética, prístino espacio donde se recogen poemas diversos, escritos entre (1980-1988/ 1996),  Lluvia ácida (2000), Áspero Tránsito (2006), En tiempos de prodigios (2008), La densa corporeidad de mi memoria (2008), El Sabor de las Palabras (2008) con textos pertenecientes a La densa corporeidad de mi memoria, La Claridad Asombrosa (2009), Músicos de Cuba, se trata de Poemas Inéditos, Restauración (2009), La Voz del Pensamiento (2010), y finalmente Pretendido Ícaro, Fantasioso Ícaro, textos inéditos, ambos escritos en el 2011.

En cada uno de ellos, los textos están invadidos por una tristeza paulatina, por cierta impotencia ante el espanto de las guerras y el embate de las devastaciones, por ese silencio sombrío, y únicamente al final de cada poema manifiesta un testimonio alegre o una pequeña dosis de exaltación.

¿Cómo describir esa impotencia

que nos hace sentir tan mínimos?

Yendo más lejos, sus temas se repiten, se adosan bajo una fórmula intimista, confesional que parte desde la Superficie de los acontecimientos, desde las efímeras situaciones hasta adentrarse en las extrañas heridas, en las profundas indagaciones, en la intelección de las circunstancias agónicas que han zozobrado su vida. Me refiero a la pérdida del amor, o la búsqueda infinita de ese sentimiento. Refiero sus frustraciones, la dificultad de haber sido separado de su hijo, la muerte de su padre, el desasosiego de un alma que se siente sola. Su preocupación por un mundo que se corroe de modo desigual, la mirada de hombre que se siente comprometido con su tiempo, su honestidad para replantearnos las altas crisis humanas, su evaluación de los conflictos, de esa realidad incambiable que destroza la vida en el planeta.

/Mi hijo tan parecido a los iraquíes

me hace sentir que todas las guerras

son nuestras/

/Dios mío noto decaer mi ánimo y vacilar mi voluntad

porque nunca entenderé la muerte de mi padre,

la desaparición de su ser en un instante/

En otros casos asume esas espléndidas trasmutaciones, su ya acostumbrada dualidad culterana, su obsesivo afán de intercambiar su modo de decir, que especula, y da rienda sueltas  a partir de otras voces.  Encontraremos muchos textos donde apreciamos un rejuego formal, estético que se pronuncia a partir de un texto como base primigenia, a partir de una idea, o de un pensamiento superior: consecuencias claras de sus consagradas lecturas a esa larga e inmensa  lista que surte la tradición literaria española.

Su estilo, como ya he expresado en otras ocasiones es esencialmente coloquial, su propuesta es simple y llanamente conversacional, a veces se muestra postmodernista, otras se verifica romántico.

Creo que en la búsqueda de la expresión está su mayor logro. Francisco es un poeta que busca y repasa distintas formas de expresarse. En ella está su conquista. Su insaciable apetito para Ser y proyectarnos sus angustias, desastres y tensiones. Es un poeta que se fusiona, intercambia  o subyace bajo la acción de otros discursos. Que se enlaza o se entronca con Federico García Lorca, Luis Cernuda, Jorge Guillén, Charles Baudelaire, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora, Rubén Darío, Jorge Luis Borges y otros tantos. Eso sin mencionar el presuntuoso inventario de poetas cubanos que Francisco evoca para revelarnos su fisuras, para demostrar su autentico conocimiento de la lírica cubana. Su respeto y cariño.  Su cabal aprecio.    

Puedo finalmente definir su estética como poesía del asombro, poesía que admira, o se maravilla con los que antes se legitimaron. No se trata de superar a sus predecesores. De renegar a los antiguos. Es Homenaje. Culto, estado de vigilancia, permutaciones, ejercicio de lecturas, herencia nutriente muy ligada a sus accidentes. Iconografía superior donde la escritura revela un yo  triste pero genuinamente apasionado porque muy por encima de sus destrucciones, bulle inconscientemente una poderosa impulsión hacia la esperanza. “LA VIDA ES ESPERANZA”, con este título propaga un estímulo, evidencia un canto, generaliza /una luz perenne por encontrar/.

 Su poesía proyecta una excesiva intensidad emocional, vivencial, profundamente espiritual, casi místico cuando penetra en las parcelas del Dios que asume, vivifica y con él cual dialoga y ratos mitiga.

/Esta vida es un sueño de Dios

perfecta pero confusa/

Es obvio que la conciencia, o la experiencia del destierro está cabalmente expresado en muchos de sus textos. Pero en esta poética la fugacidad, la sobrevida, la explicitez de los designios tanáticos. La memoria que enaltece lo corpóreo, que exalta lo amorfo, que inquiere con ironía, repara en lo denso, en lo lúdicro, que ensalza  la abrumante sensorialidad; el hedonismo, son temas que reflejan no sólo su manera de ser y sentir, no sólo el volumen de su identidad, si no el extremo de sus preocupaciones.

El principal resultado de su poesía está en la conceptualización de ese asombro ante el mundo adyacente. Dígase su afirmación o negación de los fenómenos. Dígase su perpetuo cuestionamiento. Francisco dilata sus hallazgos, franquea sus visiones, nos transmite ese agotamiento, ese convulso Tránsito no sólo por disimiles lugares, sino  por el Tránsito agónico de todo cuanto ha sido y es su existencia. Formas de no acceder a la armonía porque en él hay una disposición para legitimar la bruma, para habilitarse con la incertidumbre, y al mismo tiempo compadecerse ante las decadentes circunstancias, ante los modelos oscuros de la realidad.

Francisco nos recuerda como Pater que…” Todo arte aspira constantemente a la condición de la música”, por eso, al final de su viaje decide honrar a los músicos, servirse de la música para no ahogarse en las miserias que desacompañan este mundo. Para no seguir empapado por esa lluvia ácida, mordaz,  aniquiladora de los sueños. Recurrir a la música para seguir existiendo. Vencer lo inefable. Asirse con los amigos. Restaurarse con la poesía. Encontrarse como Ícaro fantasioso para echarse andar, restituirse, vencer la incierta superficie, ((plano subjetivo, zona de la conciencia)), del pensamiento que desecha lo mediocre. Vivir y soportar. Dar esperanza.  Huir del replegado acto de asirse en la incertidumbre, de la materia ordinaria de la realidad.

Para Francisco:

/Vivir

es un ejercicio de actitud constante

un dejarse llevar y a la vez retener

las complejas esencias

de nuestras emociones y sentimientos/

Miladis Hernández Acosta. Princesa de la poesía cubana.

4 de Diciembre, 2011. Domingo de Santa Bárbara.

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FRANCISCO MUÑOZ SOLER

Poeta español con una amplia obra publicada en países como España, Portugal, Italia, México, Suecia, Estados Unidos, India, Cuba, Turquía, Perú, El Salvador, Venezuela, Honduras, ha sido traducido al inglés, sueco, francés, portugués, italiano, ruso, turco, árabe, griego, rumano, macedonio, uzbeko, búlgaro, asamés, bengalí y chino.

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