POEMAS-SELECTOS-SELECT-POEMS-2014

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POR ANA HERRERA . Profesora, escritora, poeta.

A medida que paseas entre las páginas del libro de Francisco Muñoz Soler y te adentras en la lectura de sus poemas, descubres la esencia de sus versos atemporales y universales, hasta tal punto que es imposible escapar a su magia y  al impulso de seguir leyendo, hechizados por la belleza de la palabra, la profundidad del pensamiento y la ternura del sentimiento.

Versos que nos conducen por la angustia vital, existencialista, que produce el paso del tiempo, la fugacidad de la vida (Tempus fugit), y que nos llevan, de lleno, a apreciar la belleza del momento presente (Carpe diem). Define el poeta el momento de vivir plasmándolo en las emociones y los sentimientos que te retienen y  a la vez te impulsan. Una vida que es conjunción de bondad y suerte, voluntad y responsabilidad como actos que te alejan de la rutina y del convencionalismo diario. La angustia vital se torna en el deseo de vivir  en la metáfora “Espléndido fulgor”. Pero la vida se convierte en un camino hacia la muerte (Homo viator), otro de sus grandes temas. Plena de árida tristeza, la vida pretende aniquilarlo y cegarlo (“Luz difusa que me aniquila y ciega”, llegará a decir el poeta).

Entre sus poemas más emotivos están aquellos que dedica al hijo en el vientre de la madre (“Te palpo en el vientre”, una de sus más tiernas expresiones), y a su padre ocho días antes de morir (“Tránsito hacia un destino incierto”, en su manera de expresarlo). Un conjunto de composiciones traen a la memoria del poeta la figura de su padre muerto, al que no reconoce en el cuerpo fenecido (“¿Dónde estás, papá?”), dejando salir su nostalgia, debida a la ausencia que impuso la muerte, por las charlas que no tuvieron, y para ello se recrea en las fotos familiares (padre/pasado; hijo/futuro). Siente sobre todo no haberle dado el último beso, y se consuela en el recuerdo del beso que dio a la abuela fallecida que impregnó su cara de frialdad. Rechaza entonces el poeta este frío intenso como último recuerdo que le una a su progenitor.

Plasma en otros versos el  deseo de caminar para sentirse vivo,  envuelto en paz interior, rodeado de inquietudes y sueños, y mostrando su fe en un futuro extraordinario.

El canto al mar es otra constante en sus versos, al mar que baña la ciudad de Málaga donde nació, amada en sus gentes, su luz y su color.

La poesía social es el arma para denunciar las injusticias de su  tiempo (“Perro de su tiempo”, ese es el poeta). Los interese creados nos arrebatan la verdad, la libertad, el progreso y la felicidad. Un extenso poema, diferente a los demás, de carácter más breve, es aquel que denuncia la actitud discriminatoria respecto a los pobres del mundo. El poeta se inspira en hechos, actitudes y citas de personajes relevantes en la defensa de la justicia social. Boga por “Rebelarse a los códigos” para que “La justicia y el progreso sean un bien unitario”. Se manifiesta en contra de las guerras alzadas en nombre de la fe y  en contra de las fronteras del planeta. Las únicas fronteras posibles son personales, internas, transitorias y trazadas por el individuo sobre su propio ser. Se levanta contra la homofobia, contra la opulencia y contra la pureza dirigida por profetas, discípulos, dioses y paraísos.

Canta, en delicados líneas,  a la soledad, a Alamar (“Crisol del Trópico”), a la tristeza que produce la orfandad (en maravillosos versos: “Como lluvia de la tarde, breve e intensa), a Centro Habana (podredumbre espiritual), a España y Arizona,  al sabor del arte, al destino que se afronta cargado de conocimientos  (“Los silos de Ítaca”, metáfora de la sabiduría) y a la poesía como estímulo de vida.

Y reaparece el poeta obsesionado con el tema de la muerte (“Lenta huida de las horas”.  “¿Cómo me despediré de mí mismo?”) y su eterna incógnita sobre el más allá del alma y el saber cuando el ser corpóreo desaparezca.  El temor al tránsito se aminora porque sus seres queridos han muerto de manera natural.

Quizás los versos donde se alcanza el clímax del sentimiento amoroso sean aquellos dedicados a la amada ausente (“Profundo hueco”, metáfora de la ausencia”). La ilusión perdida y el corazón endurecido construyen un cerco para consolidar su tristeza. Pide perdón para el poeta errado, pero no se arrepiente de amar.

La búsqueda de Dios, del espacio interior y de los sueños constituyen la salvación del poeta.

Estamos pues, ante un poeta pensador y racional, por una parte, y profundamente emocional y sentimental,  por otra.  Sus sentidos  y críticos versos lo acercan además a los problemas sociales de su tiempo que entroncan con la corriente de Humanismo Solidario que viven las letras de la poesía actual.

                                 

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FRANCISCO MUÑOZ SOLER

Poeta español con una amplia obra publicada en países como España, Portugal, Italia, México, Suecia, Estados Unidos, India, Cuba, Turquía, Perú, El Salvador, Venezuela, Honduras, ha sido traducido al inglés, sueco, francés, portugués, italiano, ruso, turco, árabe, griego, rumano, macedonio, uzbeko, búlgaro, asamés, bengalí y chino.

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