POEMAS SELECTOS- SELECTED POEMS

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

Por Francisco Javier Rodríguez Barranco

Cabe señalar, en primer lugar, que se trata de una edición bilingüe, lo que no me parece un logro

menguado, publicada por la editorial CreateSpace, de San Bernardino (California, USA), en 2014.

Cuando un poeta inició su andadura creativa hace casi cuarenta años, un poeta muy joven en aquel

entonces, no resulta fácil hacer una selección de sus poemas. Imagino, pues, que habrá sido una

labor ardua la acometida por Francisco Muñoz Soler (Málaga 1957), que de la poesía ha hecho su

vida, y a la poesía la vida ha dado poesía.

Podemos, por ello, espigar los diferentes motivos que le han inspirado desde 1978 hasta 2014, pero

si la poesía se compone de un significante y un significado, creo que en cuanto al significante hay

un denominador común a todos estos poemas y es la construcción en versos breves, que permiten

mucha mayor fluidez al poema, y a la escasa adjetivación, muy acorde con el aforismo de Huidobro

“el adjetivo cuando no da vida mata”. Uno de los mayores escritores de la lengua española Juan Ramón Jiménez, evolucionó desde una estética impresionista, casi pictórica, a una poesía en la que

la adjetivación prácticamente había desaparecido.

En cuanto a los temas que trata Muñoz Soler observamos un primer momento de fuerte componente

introspectivo, algo así como si el poeta se situara a si mismo en el mundo fugaz, sintiera que ha

nacido creativamente y quisiera dejar constancia de esa situación, de propia existencia, de su

identidad. En este primer momento creativo, el lema parece ser vivir, viajar, observar. Sentir en

definitiva que uno está vivo y de ahí algunos momentos como este fragmento de “Sentirme vivo”.

Sentirme vivo

justificar ante mi consciencia

que está mereciendo la pena

este viajecito del nunca jamás

por la minúscula senda

Tampoco está exenta la poesía de Muñoz Soler de ciertas apelaciones a Dios, de quien se espera algo, por lo menos una palabra, muy en sintonía con la poesía existencial española de la década de

los cuarenta desgarrada por nuestra guerra civil y por la Segunda Guerra Mundial, cuando el silencio de Dios hacía daño. Dice así Muñoz Soler en “Esperamos”

Rezo a Dios para que mi sentido común

sea un cubo de agua en el océano de la compresión

Pero en la primavera de 2003 recién estallada la Segunda Guerra Irak, el poeta sólo puede expresar

su espanto ante tan brutales acontecimientos y eso es lo que hace Muñoz Soler en “Mi hijo tan

parecido a los iraquíes”, fechado el Jueves Santo de 2003, y de ese modo se inicia una etapa en su

trayectoria creativa con marcado carácter de denuncia social, que no es un alegato de la poesía impura reinvidicada por Pablo Neruda desde la revista Caballo verde para la poesía, de la década

de los treinta, sino que mantiene la línea de cuidado formal y versos breves para pintar el cuadro

de nuestro mundo contemporáneo. Así, son denostadas situaciones como la homofobia, la penuria

en Centro Habana, o las fronteras impenetrables, fronteras de hormigón, fronteras en las almas.

Dentro de esta línea de poesía social, quiero quedarme con el poema “Crack” pues hay en él algo

que recuerda poderosamente las penosas condiciones de vida de los negros de Harlem, denunciadas

por Federico García Lorca en Poeta en Nueva York. Basten tan sólo unos versos del poema de

Muñoz Soler, que se inicia así. “Espectral danza de inclementes cuellos blancos”, y en parte central

descubrimos lo siguiente:

Bajo la malla de calcio donde danzan

los bebedores de inocentes lágrimas

brotan tubérculos de brazos de sombras,

sepias de envolventes tentáculos

y tinta cegadora de niños pobres

Envuelto todo ello en un marcado tono surrealista, que es también el que preside el libro de Lorca

arriba mencionado.

Momentos hay en el libro de Muñoz Soler para la sensualidad tropical como en “La esplendorosa señora del trópico” o en “Alamar”, que se inicia con estos versos:

En el extremo este de la gran señora del trópico

entre deslumbrantes tesoros naturales,

brisas marinas y un intenso verde paradisíaco

se halla un laberíntico e inhóspito crisol.

Pero ya en “Agua de mar” se habla del “Agua amarga que daña/ mi vida y mi alma” y en los

poemas finales que componen Poemas Selectos se aprecian claramente momentos de tristeza,

nostalgia, hiedra amarga, temores, despedida, en “Regresar al origen” casi al final del libro y

algunos versos particularmente intensos,como”la guadaña y la distancia”, en “La vida me ha

saturado”. Proximidad del vacío en “Destruirme y conmigo al ángel negro”

Destruirme para volver a nacer

a andar por este espacio de vida

sinónimo de olvido y poder restaurar

mi signo hasta la puerta de lo eterno

El implacable paso del tiempo en “Con la mirada fija en los números del año” que me permito

reproducir entero.

Como cuerpo extraño me golpean

dos mil trece, dos mil trece golpes en mis ojos

ayer era mil novecientos setenta y ocho

y me imagino el año que seré mayor

lo cercano que será mañana, lo cercano.

Poemas Selectos, de Francisco Muñoz Soler, se trata, en definitiva, de un intenso recorrido por la

evolución creativa y personal de su autor, construido sobre unos poemas, cuya elocuencia facilita

la reflexión estética y vital que requieren.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp

FRANCISCO MUÑOZ SOLER

Poeta español con una amplia obra publicada en países como España, Portugal, Italia, México, Suecia, Estados Unidos, India, Cuba, Turquía, Perú, El Salvador, Venezuela, Honduras, ha sido traducido al inglés, sueco, francés, portugués, italiano, ruso, turco, árabe, griego, rumano, macedonio, uzbeko, búlgaro, asamés, bengalí y chino.

Críticas Literarias

Viajes Literarios

Otras Páginas